Miel de acacia
Robinia pseudoacacia
La miel de acacia proviene de la falsa acacia o Robinia pseudoacacia. En la Península Ibérica, su producción se centra principalmente en el País Vasco, gracias a la introducción de este árbol en la repoblación forestal de ciertas zonas montañosas y en los bordes de carreteras. Aunque en la Península la floración de este árbol es breve, en países centroeuropeos se han repoblado vastas áreas con variedades que extienden la floración, lo que les permite obtener abundantes cosechas monoflorales. Así, es común encontrar miel de acacia importada de estas regiones en el mercado. Esta miel es parte de la familia botánica de las Leguminosas, por lo que comparte características con otras mieles de esta familia.
Blanco agua
Blanco extra
Blanco
Color: Se destaca por su tonalidad clara y luminosa, con un blanco que generalmente es inferior a 35 mm Pfund.
Aroma: Tiene un aroma delicado y suave, floral con sutiles notas amiláceas, que no persiste mucho tiempo.
Sabor y textura: Su sabor es profundamente dulce y puro, sin la presencia de otros matices. Uno de los mayores atractivos de la miel de acacia para los consumidores europeos es su resistencia a la cristalización, junto con las características mencionadas anteriormente.

Te puede interesar:
Origen Natural
Durante el mes de mayo en las regiones templadas de España, las flores blancas y resplandecientes de la Acacia comienzan su esplendorosa floración. Es a partir de estas flores que se obtiene la miel de acacia, una de las variedades monoflorales más apreciadas y populares debido a su sabor delicado y distintivo.
La Robinia pseudoacacia, comúnmente conocida como Acacia, es una fuente de néctar esencial para las abejas. Este árbol, ampliamente distribuido, puede alcanzar alturas de hasta 25 metros y es fácilmente identificable por sus flores blancas o de tono cremoso que crecen en racimos, desprendiendo un aroma dulce y agradable.
Características de la miel de acacia
La miel de acacia es reconocida y valorada por sus propiedades únicas que la hacen deseable incluso para aquellos que no gustan de sabores demasiado intensos. Una de sus peculiaridades es su color: la miel de acacia es más clara, casi incolora, cuando es pura y proviene principalmente del néctar de la acacia. Sin embargo, si las abejas recolectan néctar de otros tipos de flores al mismo tiempo, el tono de la miel puede oscurecerse, adoptando un matiz amarillo pajizo.
Se caracteriza por no tener olores ni sabores fuertes o marcados. Precisamente esta neutralidad la hace popular entre los niños y es ampliamente utilizada como endulzante y en diversas recetas culinarias, ya que no altera el sabor de otros alimentos o bebidas con los que se combine.
Otro aspecto destacado de la miel de acacia es que tiende a no cristalizar, manteniéndose líquida durante largo tiempo y aún a bajas temperaturas. Esta cualidad se debe a que, en comparación con otros tipos de miel, tiene una mayor concentración de fructosa en relación a la glucosa.
Propiedades de la miel de acacia
Al igual que otras variedades, la miel de acacia posee numerosas propiedades beneficiosas para la salud. Es una excelente fuente de energía, tanto para atletas como para el público en general, y actúa como un revitalizante no solo por su contenido calórico, sino también por ser una fuente rica en vitaminas, proteínas y minerales esenciales. Su sabor suave la hace ideal como edulcorante natural.
Adicionalmente, la miel de acacia es conocida por sus efectos desintoxicantes para el hígado, es útil para contrarrestar la acidez estomacal y favorece el equilibrio intestinal. Al igual que todas las mieles, posee propiedades antibacterianas y es altamente efectiva para aliviar la tos y el dolor de garganta.
Enlace interés: Real Decreto 1049/2003, de 1 de agosto, por el que se aprueba la Norma de calidad relativa a la miel.