La vista en la cata de miel

La cata de miel es un arte sensorial que comienza con el sentido de la vista. Este primer paso en la evaluación permite al catador obtener información vital sobre la procedencia y calidad de la miel, estableciendo una base para comprender su carácter único.

Para realizar una cata profesional, es esencial contar con las condiciones adecuadas: una fuente de luz homogénea, preferiblemente luz natural del norte, o luz artificial blanca neutra, y un fondo blanco que permita apreciar sin distracciones las características visuales de la miel en frascos de cristal transparente y uniformes. Este entorno minimiza cualquier distorsión en el color, textura o transparencia de la miel, elementos clave para el análisis.

Evaluación visual en la cata de miel

La vista permite evaluar tres aspectos clave de la miel: el color, la fluidez y la cristalización. Cada uno de estos elementos ofrece pistas sobre el origen botánico de la miel, su frescura y calidad.

Color

El color de la miel varía ampliamente en función del tipo de flores de las que procede y el contenido de minerales específicos en cada néctar. Las mieles primaverales, por ejemplo, tienden a ser más claras, mientras que las de otoño suelen ser más oscuras. La clasificación de colores de Pfund, la escala estándar en la cata de miel, agrupa los colores en categorías que van desde el blanco agua hasta el ámbar oscuro, con un lenguaje homogéneo que facilita la comunicación entre catadores.

  • Mieles blancas (romero, azahar) suelen tener colores claros y están en la parte baja de la escala Pfund.
  • Mieles ámbar (como las de castaño y tomillo) presentan tonos intensos.
  • Mieles oscuras (mielatos de encina o roble) son profundas y densas, indicando generalmente un contenido mineral alto.

El color del “menisco”, el punto de contacto de la miel con el frasco de cristal, junto con los matices en sus tonos, puede revelar también ciertos orígenes botánicos.

Humedad

La fluidez o viscosidad de la miel está directamente relacionada con su contenido de agua: a menor humedad, la miel será más espesa y densa; a mayor humedad, se torna más líquida. Para evaluar visualmente este aspecto, se recomienda alzar una cucharada de miel y observar cómo cae sobre si misma. Si se forma un hilo fino y uniforme, la miel tiene un bajo nivel de humedad, generalmente alrededor del 16%.

Cristalización

La cristalización es un fenómeno natural en la miel que puede observarse a medida que los azúcares, especialmente la glucosa, comienzan a agruparse en cristales visibles. Esta cristalización es una señal de pureza y depende del tipo de flor y la concentración de azúcares. Las mieles con alto contenido en glucosa, como las de trébol o girasol, cristalizan rápidamente, mientras que las ricas en fructosa, como la miel de acacia, permanecen líquidas durante más tiempo.