Polen de abeja: lo que hay que saber

El polen de abeja contiene proteínas, vitaminas y minerales. En los seres humanos, puede ayudar a regular el sistema inmunitario y favorecer la cicatrización de heridas. Pero, recolectarlo puede afectar negativamente a la salud de las abejas e incluso destruir la colonia.

El polen de abeja es una mezcla natural de secreciones de abeja, miel, enzimas, cera y polen de flores. Proporciona alimento a las abejas.

Mucha gente considera el polen de abeja un superalimento por sus muchos nutrientes; otros lo ven como un producto terapéutico natural que tiene propiedades antiinflamatorias, antimicrobianas y antivirales. El consumo de polen de abeja puede no convenir a las personas alérgicas al polen de las flores o a las picaduras de abeja.

Sin embargo, a pesar de sus posibles beneficios para el ser humano, la recolección de polen durante un periodo prolongado puede afectar negativamente a las abejas y provocar la muerte de la colonia.

¿Qué es el polen de abeja?

Las abejas buscan alimento y recogen polen de diversas plantas. Cuando las abejas regresan a la colmena con el polen, éste se convierte en alimento para la colonia en forma de grasas, minerales y proteínas. También puede contener otros compuestos, como enzimas, cera de abeja, miel y néctar.

El tipo de plantas que cosechan las abejas, junto con otros ingredientes, afecta a la composición del polen.

Como producto para uso humano, el polen de abeja se presenta en forma de pequeños gránulos de color amarillo anaranjado a marrón oscuro o negro. El polen tiene un sabor dulce y floral que varía según las plantas de las que lo hayan recolectado las abejas.